La captura de pantalla certificada como medio de prueba

Los pantallazos o capturas de pantalla son un medio de prueba admitido en diferentes procesos judiciales además de interrogatorio de las partes, documentos privados y/o públicos, la opinión de los peritos, el interrogatorio de testigos de acuerdo con el artículo 299.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC).

Captura de pantalla certificada como medio de prueba

La captura de pantalla como prueba ante plagios y otros delitos


En el ámbito laboral, las capturas de pantalla también son admitidas como medio de prueba. Por ejemplo, los pantallazos de WhatsApp han sido utilizados para el despido de un conductor de autobús que utilizaba el móvil para hablar o envío de mensajes mientras conducía; o para el despido de un trabajador que es fotografiado por un compañero de trabajo mientras duerme en horario laboral enviando la foto a su superior, etc.

Cada vez son más los usuarios que optan por emprender acciones y reclamar sus derechos cuando se hace un uso indebido de sus obras en Internet, por lo verdaderamente tiene sentido que aparezcan herramientas que faciliten este tipo de reclamaciones.

Demostrar en Internet plagios, uso indebido, así como delitos, puede llegar a ser muy difícil, puesto que en ocasiones solo puede llegar a publicarse en una página visible para ciertos usuarios, o en un determinado Chat; o bien la persona denunciada en un último momento puede borrar toda la información relevante, etc.

Por ello de cara a un juicio para poder aportar pruebas es habitual, presentar capturas de pantalla o pantallazos, las cuales en un primer momento suelen admitirse pero será más adelante cuando el juez determine si las considera válidas o no.

Para falsificar este tipo de pruebas no es necesario tener muchos conocimientos técnicos. Con los tutoriales o trucos que uno puede encontrar en Internet, el usuario es capaz de aprender a editar pantallazos e incluso a suplantar la identidad de alguien en una red social.

Por ello la figura del perito informático es esencial, ya que en caso de duda puede examinar la prueba, analizarla y determinar si se trata de una falsificación o no, aunque en determinadas situaciones resulta difícil de garantizar.

Debido a que son pruebas fáciles de manipular, los jueces cada vez son más exigentes a la hora de presentar evidencias digitales.
Si de una conversación de Facebook por ejemplo se hace una captura de pantalla de forma manual y parte de ella es borrada un poco más tarde, ¿cómo puede garantizarse la existencia de dicha conversación sin enviar una orden judicial a Facebook para que lo confirme?

¿Cómo aportar una captura de pantalla como prueba válida?


Ante este tipo de escenario dudoso, se recomienda el uso de una herramienta de confianza, que de manera objetiva certifique la prueba y no pueda echarse para atrás tan fácilmente.

Las certificaciones de capturas de pantalla, a través de Safe Stamper son evidencias objetivadas en si mismas admitidas en caso de juicio. En esta ocasión el usuario no realiza la captura de forma manual desde su propio navegador sino Safe Stamper mediante un navegador virtual.

En un determinado momento y sin alteraciones, se captura el contenido de una página ya sea pública o privada dependiendo de la herramienta. El certificado generado puede ser consultado en una URL abierta a todo usuario o protegida con contraseña, que permite al perito o juez verificar que nada de información ha sido manipulada.